PERENQUEN MAJORERO, habitante excepcional de Isla de Lobos y Fuerteventura

Seguimos descubriendo la fauna de Fuerteventura e Isla de Lobos y aunque parece que todo se trata de especies marinas y aves, no podemos olvidarnos de un habitante excepcional de este paraíso,  todo un símbolo para estas islas, el perenquen majorero (Tarentola angustimentalis). Quizá quienes no habitan estas tierras paradisíacas no hayan visto uno todavía, seguro lo conocen por la infinidad de souvenirs que pueden encontrar en todos los comercios de la Isla. Se trata de una animal muy abundante y muy reconocido, de hecho los residentes de la zona norte de Fuerteventura solemos sentirnos orgullosos de contar con uno de estos compañeros en las paredes de nuestras casas. En nuestras excursiones en barco desde Corralejo, cuando con la nuestro Water Taxi acercamos a los viajeros a conocer la maravillosa Isla de Lobos, tenderéis la posibilidad de observalos, se trata sólo de prestar un poquito de atención a las rocas en las zonas arenosas, pues suelen está soleando en las mañanas.

perenquen-majorero-©sargantanesidragons.blogspot.com
©sargantanesidragons.blogspot.com

Vamos a saber un poquito más sobre está especie endémica de Fuerteventura e Isla de Lobos. El Perenquén, o salamanquesa común, es un reptil saurio de la familia de los Gecónidos, que recibe este nombre por las rugosidades, escamas o abultamientos que tiene en las zonas dorsales de su cuerpo. En las Islas Canarias habitan 6 especies, de las que 4 son endémicas: Tarentola delalandii (perenquén común), Tarentola gomerensis, Tarentola Boettgeri (con dos subespecies, una de ellas específica de El Hierro) y Tarentola angustimentalis (perenquén mahorero), además de las foráneas Tarentola mauritanica (salamanquesa común) y Hemidactylus turcius (salamanquesa rosada).
El perenquén majorero (Tarentola angustimentalis) es una especie que se encuentra en Lanzarote, Fuerteventura, Lobos, La Graciosa, Montaña Clara, Alegranza, Roque del Este y Roque del Oeste. Durante un tiempo se le denominó Tarentola mauritanica angustimentalis, como subespecie de la Tarentola mauritanica, pero actualmente es considerada una especie propia y diferente, Tarentola angustimentalis.

Pueden vivir tanto en la costa como en la cumbre, siendo más abundantes en áreas termófilas y de cardonal-tabaibal, zonas arenosas y de malpaís antiguo, así como en las construcciones humanas; normalmente habita bajo piedras o lugares rocosos. En lo que a su comportamiento social se refiere, tienen hábitos nocturnos, aunque les encanta solear en las mañanas; se sabe que la comunicación acústica juega un importante papel para ellos.
Se alimentan de insectos, sus favoritos los artrópodos, aunque como curiosidad, en ocasiones se comen la muda de su propia piel.

Son, a simple vista, muy graciosos; los machos miden una media de 7,5 cm y las hembras de 6,5 cm. Su cuerpo es robusto y aplastado. Como la mayoría de los perenquenes, su piel está recubierta de abultamientos, excepto en el centro del dorso que presenta una quilla. Su color es gris claro con una línea clara longitudinal y con cinco bandas oscuras transversales. Sus ojos, como pueden ver en las fotos, son muy saltones, de color dorado o pardo. Son sus ojos y esas manitas aplastas pero robustas lo que, personalmente, los convierte en tan graciosos.

Sobre sus hábitos reproductivos no se sabe demasiado; la puesta consta de 1-2 huevos y parece ser que tiene dos puestas al año. El sexo del embrión depende de la temperatura de incubación, si es bajo temperatura constante de incubación de entre 27 y 30ºC serán hembras y entre 26,5ºC y 22,4ºC serán machos.

Y aunque son pequeñitos tienen ua esperanza de vida de unos 17 años.

Este devorador de insectos es una especie endémica de las islas Canarias orientales y, por lo general, es una especie abundante, no muy amenazada por la mano del hombre, no se han detectado factores que pueden afectarle de forma grave, así que tenemos perenquenes majoreros para rato.

Digamos que en nuestras excursiones a Isla de Lobos desde Corralejo, en nuestro Catamaran no será el animal que vean con más probabilidad sino prestan atención, pero no podíamos dejar de darle el protagonismo que se merece ya que es un símbolo, convertido en souvenir, para los que eligen este paraíso como destino vacacional. Esperamos aún así que cuando se acerquen a Isla de Lobos, no olviden que ese es su hogar, y que como a nosotros, les encanta disfrutar del sol en las bonitas mañanas soleadas que nos alegran esta zona de la macaronesia.

Equipo FuerteCharter