Estos días estamos disfrutando en Fuerteventura y en nuestras excursiones a Isla de Lobos desde el muelle de Corralejo de la grata compañía de una de las aves atlánticas de mayor envergadura, el alcatraz común que está en pleno proceso migratorio en busca del calor para pasar el invierno. Vamos a conocerlos más de cerca.
Nombre científico: Morus bassanus
Orden: Pelicaniformes
Familia: Sulidae
El alcatraz común, de gran envergadura, pudiendo alcanzar hasta 2 metros, es un auténtico maestro del buceo capaz de zambullirse en el mar, a modo de proyectil, para atrapar a sus presas (peces de tamaño medio) desde 30-40 metros de distancia y a gran velocidad (hasta 100km/h).
Se distribuye en ambas costas del atlántico norte y pasa la mayor parte de tiempo en el mar sólo acercándose a tierra para anidar en acantilados e islas del norte del Atlántico.
Descripción:
Las aves adultas pesan entre 3 y 4 kilos. Tienen alas largas y estrechas, con una envergadura media de 1,80 metros y una altura de 1 metro. Su plumaje es blanco con las puntas de las alas de color oscuro. Tienen el pico puntiagudo y ligeramente curvado.
Los alcatraces jóvenes se distinguen por la coloración grisácea con motas blancas de su plumaje.
Debido a su forma de pescar, zambullidas a gran velocidad al agua, carecen de orificios nasales pero sí tienen agujeros nasales secundarios que pueden cerrar cuando están en el agua; cuentan con unas características escotaduras en las comisuras bocales por donde respiran.
Para amortiguar el impacto en las zambullidas tienen bajo su piel un sistema de sacos neumáticos (sacos de aire bajo la piel del rostro y del pecho que los protege cuando golpean contra el agua) que actúa como un parachoques y su plumaje se coloca de forma muy compacta.
Para soportar las altas temperaturas cuentan con una capa de grasa subcutánea y un plumaje denso y solapado.
Las colonias son muy ruidosas, ya que estas aves emiten un grito característico cuando se acercan aunque son silenciosas en mar abierto. Emiten sonidos guturales de sílabas cortas: ghaghag-ghoghog.
Reproducción
En verano los alcatraces nidifican en las costas del Atlántico Norte (situadas principalmente en las islas Británicas y Escandinavia). Se reúnen en nutridas colonias de hasta 20 mil parejas donde fabrican sus nidos, muy juntos entre si, con algas y plantas marinas.
Es cuando ya tienen unos 4 años cuando empiezan a reproducirse poniendo un solo huevo blanco-azulado que incubarán durante unos 45 días. Ambos progenitores incuban el huevo alternándose en periodos de 24 horas y relevándose con una ceremonia muy peculiar, una ceremonia de saludo entre los padres.
Los pollos nacidos son alimentados por sus padres durante unas 12 semanas, nacen desnudos y de color oscuro, y con el paso de los días va naciendo su pluma blanca y van dejando de necesitar el calor paterno. Estos polluelos abandonan el nido y se lanzan al mar sin estar totalmente preparados para volar pero con una buena capa de grasa (1 kilo más que sus progenitores) que les proporciona el calor que necesitan mientras permanecen flotando unos 10 días hasta que por fin empiezan a realizar sus primeros vuelos y a pescar.
Tienen una conducta agresiva en el nido, aunque las luchas tienen lugar solo entre aves del mismo sexo; una hembra solo defiende el nido ante otra hembra, si una hembra se acerca al nido de otro macho este la agarra del cuello y la expulsa. La luchas entre machos que ocupan un nido por primera vez pueden llegar a ser bastante intensas. Las luchas son precedidas por gestos de amenaza y los machos muestran a sus vecinos la propiedad de un nido gesticulando con la cabeza y el pico dirigido hacia abajo y las alas erguidas.
Los machos son los que ocupan un lugar para la cría e intentan atraer a una hembra soltera, de unos 4 o 5 años, que sobrevuelan las colonias varias veces antes de posarse y mostrar al macho, con el cuello estirado, que le permite ser cortejada; los machos las responden sacudiendo la cabeza con las alas cerradas.
Aunque las parejas se separan tras las cría se vuelven a juntar el siguiente año, son monógamas, duran o toda la vida o muchos años.
Cuando llega el invierno, al acabar el periodo reproductor, se desplazan al sur, emprenden la migración postnupcial que les llevará hasta el golfo de Guinea, es en esta época que pasan por Fuerteventura deleitándonos con su grandeza. En España resulta una especie habitual durante los pasos migratorios aunque no nidifica.
Actualmente el alcatraz común esta catalogado como “especie bajo preocupación menor”, por considerar que tiene un área de distribución muy amplia y que el número de individuos es suficientemente amplio y la tendencia demográfica parece aumentar.
Permanezcan atentos en esta época pues pueden tener la suerte de cruzarse con algún ejemplar y de disfrutar de su peculiar forma de pescar, un auténtico espectáculo, nosotros seguimos disfrutando estos días de su compañía en nuestras excursiones diarias en Fuerteventura.
Equipo FuerteCharter