Pesca, Spinning, jigging, egging, rockfishing ¡A por los peces grandes!

De sobra son conocidas las excelentes condiciones de una isla como Fuerteventura para practicar cualquier tipo de pesca. Métodos tradicionales que se usaron en la isla desde tiempos inmemoriales, como por ejemplo la pesca de la vieja con cuero de cabra y caña de bambú, se mantienen vivos. Pero hoy vamos a hablar de los nuevos métodos con señuelo que cada vez se utilizan más para ir a por los peces más grandes y codiciados. Y no hace falta un barco para ir a por ellos.

Pesca ¡A por los peces grandes! FuerteCharter Excursiones Fuerteventura
Entre estas nuevas técnicas en pleno auge y desarrollo (dejando a un lado antiguas técnicas ya conocidas y desarrolladas como la pesca con mosca), nos encontramos principalmente con el  spinning, el jigging, el egging y el rockfishing, donde en todas ellas, junto con sus diversas variaciones (pesos, lanzado, recogida y movimiento), el objetivo final se resume en  la captura de la especie depredadora elegida por cada pescador en función de la zona geográfica en la que se encuentre y las especies que allí habiten.
La pesca con señuelos artificiales se ha utilizado desde mucho tiempo atrás, mucho más del que creemos, para conseguir el objetivo de capturar las especies de peces depredadoras que habitan las aguas de nuestro planeta, bien se trate de aguas dulces (como ríos o lagos), o de aguas saladas o salobres (océanos, desembocaduras de los ríos, etc.).
La técnica más mundialmente conocida para este tipo de pesca es el curricán o pesca de altura, donde se utilizan “muestras” o señuelos de diferentes formas y colores para capturar, principalmente, especies como el atún o  peces de pico tales como los marlines , entre otros, en los últimos tiempos hemos observado un crecimiento significativo de otras técnicas o modalidades de pesca con señuelos de menor calibre, ya sea desde costa o embarcados, para conseguir el mismo objetivo de capturar las especies depredadoras que abunden en nuestras aguas, normalmente de menor tamaño que las capturadas en el curricán de altura.
Si nos centrásemos  básicamente en la función de cada una de las modalidades, llegaríamos a la misma conclusión que la explicada unas líneas más arriba, el uso de señuelos artificiales que, según su forma y tamaño, tienen que ser dotados de movimiento (principalmente simulando un pez herido mediante diversas técnicas de recogida de la línea), para sacar a la luz el instinto depredador de las especies buscadas y desencadenar así el ataque a nuestro señuelo, consiguiendo nuestro objetivo final de capturarlas.
Pero hoy iremos un pasito más allá, e intentaremos explicar un poco más detalladamente las diferentes características de una de estas técnicas, el spinning, así como de los equipos a utilizar, señuelos más comunes, y especies posibles a capturar.
En función de las especies buscadas, se tienen que adaptar tanto los señuelos como los propios equipos en sí (cañas, carretes y líneas) para que no existan diferencias significativas entre el tamaño de los peces y el material, puesto que si usamos equipos muy pesados para depredadores pequeños, apenas disfrutaremos de su combate, y viceversa; usando equipos muy ligeros para capturar grandes depredadores, corremos el inminente peligro de la rotura de cualquiera de los componentes de nuestro material de pesca, así como la más que posible pérdida del pez, en cuyo caso suele llevarse consigo el propio señuelo y varios metros de línea que pondrán en claro peligro su vida.
A continuación detallaremos más meticulosamente esta técnica que no para día tras día de ganar adeptos, así como sus características más comunes para, finalmente, conseguir nuestro objetivo de capturar nuestro ansiado pez.
Los secretos del spinning
Cada vez más practicada y conocida, esta técnica puede practicarse tanto embarcados,  como desde la propia costa en pesqueros de piedra, playas, o espigones.
Básicamente y a grosso modo, esta técnica consiste en el lanzado en horizontal (hacia adelante) de los distintos tipos de señuelos, ya sean de superficie o hundidos, para proceder después a dotarlos de “vida” mediante los distintos tipos y velocidades de recogida.
En todas sus versiones, las características de los materiales más comunes como cañas y carretes son bastante diversas, pero podríamos resumirlo de la siguiente manera:
Cañas: Las cañas de pesca más comúnmente usadas para esta modalidad suelen estar constituidas de fibra de carbono, por norma general, de 1, 2 o más tramos que en su totalidad no superen los 3,50 metros de longitud; aunque lo más común suelen ser cañas de entre 2,00 metros y 3,00 metros, donde el grosor de las mismas dependerá del peso de los señuelos a lanzar, que a su vez dependerán de las especies buscadas por el pescador.
Carretes: Normalmente, los carretes más utilizados para esta pesca suelen ser carretes de bobina fija, con un buen freno delantero que pueda hacer frente a largas batallas, y con una alta velocidad de recogida o “ratio” alto.
Líneas: Para favorecer el lance de los señuelos, lo ideal es usar multifilamento, puesto que este tipo de líneas ofrece una mayor resistencia en diámetros muy reducidos en comparación con el monofilamento o “nylon”, aparte de muchas otras ventajas con respecto al propio “nylon”.
Clasificaremos esta modalidad en 3 subdivisiones, donde nos encontramos que:
Spinning pesado: Usando cañas de entre 2,00 y 2,70 metros, su acción (o rango del peso óptimo del señuelo para su lance) suele ser  de 100-300 gr, o lo que es lo mismo, el peso ideal de los señuelos a lanzar con dicha caña tiene que estar comprendido entre los 100 y los 300 gramos.
Los carretes serán de un tamaño 8000 o superior, para poder hacer frente a grandes y poderosas batallas, repletos de multifilamento de entre 0,30 y 0,60 mm.
Los peces más buscados serán los depredadores de gran tamaño, como los grandes atunes, o especies tropicales como los jureles gigantes (GT´s) o cuberas.
Spinning medio:  La acción de las cañas suele estar comprendida entre los 30 y los 120 gramos, aproximadamente, para capturar especies costeras o de menor tamaño como puedan ser pequeños túnidos, barracudas, anjovas (o pejerrey), y un sinfín de especies pelágicas que puedan sucumbir a nuestros engaños (como distintos tipos de jureles, serviolas, peces de fondo como meros, samas o abades, y un larguísimo etcétera).
En este caso, los carretes a usar serán de tamaños más reducidos, entre 4000 y 8000, puesto que las exigencias de los depredadores suele ser menor, y las líneas a utilizar estarán comprendidas entre los 0,15 y los 0,30 mm de grosor.
Spinning ligero: Aquí el disfrute es mayor, aunque existe un mayor riesgo de rotura del material debido a la fatiga o a encuentros inoportunos con depredadores de mayor porte a los buscados.
Los carretes serán de un tamaño menor, entre 2500 y 4000, repletos de líneas de entre 0,10 y 0,15 mm de grosor y a su vez acoplados a las cañas a utilizar, que estarán comprendidas entre los 2,00 y los 2,70 metros de longitud, por norma general, y acción de entre 10 y 40 gramos.

Un rey en el Atlántico: el atún rojo

El atún rojo es sin duda unos de los reyes del mar, todo un rey en el Atlántico. Un halo de grandeza ha acompañado siempre a este pez de gran tamaño, cuya carne ya era apreciada por los griegos hace miles de años. Pescadores de todos los tiempos han librado intensas batallas con estos animales marinos que pueden pesar hasta setecientos kilogramos y alcanzar velocidades de sesenta y cinco  kilómetros por hora.

Así ha sido también en la pesca deportiva moderna, llevando a los pescadores a utilizar todo tipo de técnicas para tratar de vencer la inteligencia, el tamaño, la fuerza y la velocidad del atún rojo. No obstante, debido a la sobreexplotación que ha sufrido la especie en los últimos años, las autoridades han prohibido recientemente la pesca del atún rojo a nivel recreativo, y su captura a nivel profesional se restringe a una serie de cupos máximos por cada región y se limita a determinadas temporadas.

La pesca deportiva de los grandes peces es una actividad interesantísima, que fascina a pescadores de todo el mundo. En Canarias, también en Fuerteventura, los puertos deportivos se encuentran plagados de embarcaciones especializadas en la pesca de altura, muchas de ellas dedicadas a organizar salidas con visitantes. Sin ir más lejos, Fuertecharter cuenta entre su oferta de actividades con excursiones de pesca. No será posible capturar los grandes atunes rojos del Atlántico, pero sí otras especies como atunes más pequeños, picudos como los marlin blanco y azul, o también petos y dorados, todos ellas garantía de inolvidables jornadas de pesca.

Todas estas especies son denominadas pelágicas, es decir, que habitan en aguas abiertas y donde existen grandes profundidades, aunque principalmente viven cerca de la superficie. Entre ellas, hay que decir que al atún rojo es sin duda una de las más asombrosas porque, aunque como las mencionadas, utiliza su gran velocidad para alimentarse, se trata de una especie que también es capaz de descender rápidamente cientos de metros para cazar a sus presas. Esto es posible en gran parte a una interesante particularidad, y es que su especial sistema circulatorio y muscular, así como su rápido metabolismo, les permite, sin llegar a ser animales de sangre caliente, retener la mayor parte de su calor corporal y desenvolverse perfectamente en temperaturas tanto cálidas como frías.

Los pescadores han vivido siempre la pesca del atún rojo como un hecho excepcional, y es que se hace muy difícil engañarlo con cebos, señuelos y muestras porque son muy inteligentes. National Geographic ha apuntado incluso a que podrían ser capaces de aprender patrones de conducta para evitar ser cazados por otros depredadores como las horcas o, en este caso, los humanos.

En la pesca de altura a nivel deportivo, la técnica más extendida es la del curricán, un término que en Canarias se denomina coloquialmente “corriquia” o “curriquia”, y que consiste básicamente en utilizar el movimiento del barco para arrastrar muestras (o señuelos con anzuelo en forma de pez o de calamar) en el extremo de una caña para tratar de hacer picar a la presa. En el caso del atún rojo del Atlántico, existe también una técnica denominada brumeo, en que el barco se deja a la deriva y el cebo se coloca en un anzuelo atado a una caña y un cordel en vertical. El brumeo también se acompaña de la preparación de un majado de aceite de sardina, restos de peces, pan duro, etc., que se va soltando en el mar para tratar de atraer a las presas.

El Rey del Atlántico: atún rojo|FuerteCharter Blog

La satisfacción de capturar atunes, marlines, petos, dorados… se asocia a la lucha entre el ser humano y el animal, un combate que, según factores como los aparejos o el tamaño de la presa, puede durar unos quince minutos o extenderse durante largas horas desde el momento de la picada. Se trata de un gran espectáculo, pues los peces enganchados se defienden, halan en sentido contrario a la recogida de carrete, saltan sobre la superficie, y ponen a prueba en todo momento las habilidades del pescador.

Por fortuna para la conservación del medio marino, la sensibilidad ambiental imperante ha suavizado las condiciones de esta actividad hasta el punto de que. a nivel internacional, la práctica totalidad de las competiciones que se organizan actualmente se celebran bajo la modalidad de captura y suelta. Esto significa que una vez completada la captura y se ha llevado a la presa junto a la embarcación, únicamente es necesario realizar una fotografía, que valorará un jurado, y a continuación se libera al animal para que pueda sobrevivir y reproducirse.
En definitiva, la pesca de altura es una opción excitante para aquellos que quieran disfrutar de una jornada en el mar y salir a la búsqueda de los grandes depredadores que dominan los mares.

¡Cuidemos la costa de Fuerteventura!

Fuerteventura es un paraíso. La saben quienes viven aquí y también los visitantes (¡por eso repiten!). Por eso mismo es importante aprender a cuidar todos los valores que atesora esta maravillosa isla, y que la población local los conozca bien para transmitir su conocimiento a los turistas.

En la costa, el principal activo majorero por la calidad de sus playas, de sus aguas turquesa, de las inmejorables condiciones para la práctica de actividades náuticas, es necesario aprender qué se puede hacer, pero, sobre todo, con qué hay que tener cuidado. Por ejemplo, en el norte de Fuerteventura, concretamente en Corralejo, existen dos parajes enormemente sensibles, que son los parques naturales de las Dunas de Corralejo y de la Isla de Lobos. Nuestro personal de Fuertecharter los conoce perfectamente, y en cualquiera de nuestras excursiones los visitantes pueden aprender sobre las especies que se pueden pescar, dónde se puede navegar y dónde no, las especies animales y vegetales que hay que respetar, o los caminos a seguir cuando se transita en su interior.

Pero los parques naturales cuentan con la señalización necesaria que indica si se puede aparcar, acampar, pescar o hacer fuego. Sin embargo, en otros puntos de la costa, igual de bellos e importantes, muchas veces no se conocen las prácticas permitidas.  Por ejemplo, hay modas que se extienden como levantar montículos de piedra que no deberían hacerse. El territorio insular surge como resultado de procesos volcánicos que llevan millones de años para formarse, y por eso levantar y amontonar las piedras supone una alteración de ese paisaje.

©www.parapsihopatologija.com
Lo mismo ocurre con las franjas de arena dura que se encuentran en los acantilados, como las que se encuentran en la costa norte en Tindaya, Esquinzo, la Playa de la Escalera, etc. Esas franjas brancas en la roca son dunas fosilizadas de hace millones de años. Hacer dibujos y escribir en estas formaciones son modificaciones que quedarán ahí durante miles de años. Si ves a alguien haciendo montones de piedras o escribiendo en las rocas, ¡no lo dudes!, díselo, porque seguramente no lo sepa.

También es habitual ver turistas alimentando a las ardillas en las zonas montañosas y en los volcanes. Estos animales ya se han adaptado al territorio, pero no son originarios de Fuerteventura. Dar comida a las ardillas significa ayudar a una especie invasora que con su presencia afecta a la supervivencia de otras especies locales con las que comparten hábitat, como pueden ser la musaraña, un roedor endémico, o la lisneja, un precioso reptil que sólo existe en Fuerteventura y Lanzarote.

¡No se debe alimentar a las ardillas!, pero tampoco a ningún otro animal. A veces, cuando aparecen animales accidentados, tortugas o aves, la gente es solidaria y los recoge para ayudarlos. Eso está muy bien, pero no hay que darles alimentos, sino únicamente agua, y llamar inmediatamente al teléfono de Emergencias en Canarias, el 112. El personal de Medio Ambiente se desplazará lo antes posible a la zona para atender al animal.

Para los que quieran pescar, es también necesario saber que hace falta una licencia. El trámite es muy sencillo, y cualquier persona, turistas también, lo puede hacer en una mañana en las tenencias de alcaldía municipales y las Oficinas de Atención al Ciudadano de Corralejo, Puerto del Rosario, Gran Tarajal y Morro Jable. Allí se ofrece información sobre las especies de peces, moluscos y marisco cuya captura está permitida y en qué periodos.

El sentido común es muy importante también. No se debe molestar ni cazar animales silvestres. Hay especies protegidas como el guirre, un ave carroñera natural de Fuerteventura en peligro de extinción, que anida en las montañas, y que es muy sensible. Por eso, si estamos en el campo y nos encontramos con un nido, lo mejor es no hacer ruido y alejarse tranquilamente.

También es importante conocer las características de la isla para visitar sus parajes con seguridad, especialmente en el litoral. El mar es diferente en la costa este que en la costa oeste. La fuerza del océano llega con mucha más potencia en la costa oeste, lo que aquí llamamos la Mar del Norte, mientras que la costa este es más tranquila y segura.

En las playas que cuentan con servicios de socorrismo, como las de Corralejo, en el este, no hay problema. Las banderas verde, amarilla o roja indican si es posible bañarse o no. Pero en otras zonas, como por ejemplo Piedra Playa, en El Cotillo, estos servicios no funcionan todo el año. Tanto en El Cotillo como en todo el Mar del Norte es imprescindible extremar las precauciones y tener mucho cuidado con el océano. Es posible bañarse, sí, pero siempre que no haya demasiadas olas, y nunca, nunca, nunca, hay que adentrarse más allá de donde hagamos pie. A no ser que vayamos a hacer surf o bodyboard, claro, una tabla flotante siempre ayuda cuando estamos en el mar.

De cualquier manera, si queremos disfrutar de las actividades náuticas que ofrece Fuerteventura, si no somos practicantes habituales, lo mejor es contratar los servicios que ofrecen las diferentes empresas de ocio. Entre ellas Fuertecharter, que en sus excursiones ofrece la posibilidad de navegar a vela o hacer padle surf frente a la Playa de la Concha, en Isla de Lobos. Los monitores de otras actividades guiarán siempre a los visitantes para practicar deportes náuticos con seguridad. Hablamos de una amplísima oferta que incluye hacer windsurf, surf, paddel surf, kitesurf, bodyboard, piragüismo o submarinismo.

¡Y recuerden!, la mejor manera de disfrutar de la isla es conocerla, y aprender a respetar todos sus valores, que son muchos, geológicos, paisajísticos, naturales y medioambientales.

La cornuda o pez martillo, una especie sorprendente que habita en aguas de Fuerteventura

Entre todas las especies de tiburones que habitan en el océano, sin duda una de las más bellas y características es el tiburón martillo, también llamado cornuda, un nombre que le viene por la peculiar apariencia de su cabeza en forma de “T”. Encontrarse con uno de estos magníficos animales es una experiencia que vale la pena vivir.
En las aguas de Canarias y también de Fuerteventura es un compañero habitual de pescadores, embarcaciones de recreo y submarinistas, especialmente en primavera y verano, ya que aunque son animales propios de aguas cálidas, su presencia también se extiende en esta época a regiones subtropicales como Canarias, o incuso a mayores latitudes.

Los tiburones martillo, peces martillo o cornudas son los nombres con que se conoce a los esfírnidos (Sphyrnidae), una familia que incluye a nueve variedades cuyo tamaño puede variar entre uno y seis metros, y superar la media tonelada de peso.
En general, se alimentan de peces, moluscos y crustáceos, aunque como todos los tiburones, son también oportunistas y carroñeros. Si hay algún animal muerto o herido, por allí aparecerán las cornudas u otros tiburones.

La buena relación entre los canarios y los tiburones

Las gentes del mar en las islas están habituadas a varios tipos de tiburones, pero nunca se les ha tenido miedo, y es gracias a que en Canarias, ni en Fuerteventura, no existen casos documentados de ataques a personas. Aunque no se sabe con seguridad por qué, se cree que en el archipiélago no se producen ataques de tiburones porque nos encontramos en aguas frías, y por lo tanto no se encuentran tan activos como en las aguas cálidas del Caribe o Australia.
Además, en las playas y aguas poco profundan casi únicamente se encuentran tiburones de pequeño tamaño como las crías del angelote, los cazones (que ni siquiera tienen dientes) o los tiburones azules pequeños. Aun así, otros tiburones más grandes como el marrajo o janequín, la jaqueta o jaquetón, el tiburón tigre o la misma cornuda son habituales en las islas y pueden aparecer también cerca de la costa, eso sí, sin que se hayan dado nunca casos de ataques.
De hecho, el pequeño cazón es apreciado en las islas para preparar los sabrosos “tollos”, que son la carne seca del tiburón preparada en diferentes recetas. Antiguamente también se preparaban tollos con cualquier otra especie de tiburón que se pescara por accidente. Pero, a día de hoy, dada la especial vulnerabilidad de los tiburones, es importante liberar siempre a cualquier ejemplar que haya sido capturado accidentalmente.

Pez Martillo Fuerteventura
Foto © Canarias7

¡7 sentidos!

Las cornudas son una especie enormemente exitosa, gracias en gran parte a que los designios de la evolución las han dotado de utilísimas herramientas de supervivencia. Sus ojos y sus orificios nasales se encuentran en los dos extremos de su cabeza de martillo, lo que les dota de una visión periférica para detectar presas y amenazas. Esta configuración en forma de “T” aplanada les permite también girar rápidamente, y les dota de un sutil movimiento de lado a lado que les facilita ver todo a su alrededor. Su olfato es, además, supersensible, hasta el punto que pueden localizar sangre en el agua a kilómetros de distancia.
Por si fuera poco, al igual que otros tiburones y peces, ¡tienen siete sentidos! Sí, aparte de los cinco sentidos humanos, estos animales tienen un sexto sentido para detectar ondas de frecuencia provocadas por movimientos de peces y zambullidas a grandes distancias en el mar, y un séptimo sentido que les permite detectar los campos eléctricos generados por los peces, gracias a lo cual pueden localizar presas enterradas en la arena o a grandes distancias.

Una especie en peligro

La sobrepesca, la pesca incidental y la degradación del medio marino son las principales amenazas de los tiburones, cuya situación general es crítica. Las nueve variedades que existen de pez martillo se encuentran desde 2008 incluidas en la Lista Roja de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), máxima autoridad en la materia que además las ha catalogado como en peligro de extinción.
Esta situación es debida principalmente a que la aleta de tiburón es enormemente apreciada en gastronomía, especialmente en un mercado que crece exponencialmente como el asiático. Para colmo, el tiburón martillo se reproduce únicamente cada dos años, lo que dificulta su recuperación a pesar de las medidas de protección impuestas.
En las excursiones de Fuertecharter, en el Norte de Fuerteventura, avistar una cornuda es una de las posibilidades. Les invitamos a conocer los encantos de nuestro océano a bordo de nuestro catamarán.

Equipo FuerteCharter

Aceite de oliva de Fuerteventura, un manjar al alcance de pocos

Fuerteventura cuenta con un tesoro gastronómico escondido en el aceite de oliva virgen. El olivo es un cultivo relativamente nuevo en la isla, por lo que no es sencillo hacerse con el producto, pero la contrastada calidad del zumo de aceituna cultivada bajo el sol majorero hace que valga la pena el esfuerzo de buscarlo y probarlo

El sol de Fuerteventura, la calidez y suavidad de su clima, y la riqueza y fertilidad del terreno majorero han dado lugar a una joya gastronómica inesperada, el aceite de oliva. Desde hace muy pocos años, los agricultores de la isla han ido incrementando paulatinamente el cultivo del olivo.

En un principio, muchos lo hicieron simplemente para proteger del viento el resto de sus plantaciones, pues se trata de un árbol muy resistente. Pero una vez se han puesto a recolectar y procesar el fruto de la aceituna, el resultado ha sido un producto de una calidad tan sorprendente como exquisita. El aceite de oliva virgen que se produce en Fuerteventura no alcanza una gran producción, pues no se recolectan más de cien toneladas a lo largo del año, y la producción total no supera los diez mil litros

Precisamente, por este motivo, su escasez, así como por las excelentes propiedades del producto, el aceite de oliva majorero es considerado un majar enormemente apreciado. Los expertos que lo han analizado han constatado que el zumo de la aceituna obtenida en Fuerteventura ofrece unas características organolépticas, físico-químicas y alimenticias excepcionales. Puro oro líquido, aseguran, pues se trata de un aceite impregnado de intensos aromas a fruta fresca, es suave, caracterizado por su color verdoso y sus dulces matices.

El aceite majorero es cien por cien virgen, es decir, que ha sido obtenido mediante procesos que incluyen únicamente el lavado, la decantación, la centrifugación y el filtrado. Por si fuera poco, muchos de los olivicultores de la isla han sido capaces de obtener un producto plenamente ecológico, cultivando y envasando el producto sin ningún tipo de aditivo y de manera totalmente natural, lo que permite conservar todo el sabor, los aromas y las vitaminas del fruto primordial.

Las autoridades locales han impulsado también este cultivo, poniendo a disposición de los oliveros una almazara en la que poder moler la aceituna y obtener su propio aceite, y también en la Granja Agrícola y Experimental de Pozo Negro se reproducen las variedades más apropiadas para la aridez del clima insular, como por ejemplo las aceitunas picual, hojiblanca, arbequina, verdial y manzanilla.

El aceite de oliva es uno de los productos más representativos de la dieta mediterránea, junto al tomate, el plan o el vino, y está considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. A la Península Ibérica llegó de la mano de los fenicios hace mil años, y desde entonces los productores hispanos han continuado produciendo y perfeccionado el producto.

Propiedades y platos típicos

El aceite de oliva es un producto reconocido por su elevada proporción de grasas insaturadas (ácidos grasos monoinsaturados y ácido graso oleico), que en contraposición con las saturadas, contribuyen a mantener niveles normales de colesterol sanguíneo. Además, posee un alto contenido de vitamina E, que favorece la protección de las células frente a la oxidación.

El aceite de oliva virgen de Fuerteventura puede dar lugar a gran variedad de exquisitos platos. Pocos placeres pueden superar a degustar un entrante de tomate de la tierra acompañado de queso majorero, tierno o curado, condimentado con un pellizco de orégano y sal, y finalmente regado con un generoso chorro de aceite de oliva virgen.

Igualmente, resulta exquisito en una sencilla ensalada de lechuga, tomate, pepino y cebolla, o puede ser apropiado para la preparación de las carnes de la caza y del campo, como el pollo, el conejo o la perdiz.

Un aceite de calidad extrema como este también puede resultar excelente en una simple tostada de pan artesano, añadiendo también un poco de sal o de azúcar, dependiendo del gusto.

Y también por supuesto, para acompañar pescados blancos y carnosos como la vieja a la espalda, o cualquier pescado al horno.

¿Dónde conseguirla?

Es posible encontrar aceite majorero en los aeropuertos de Fuerteventura, Gran Canaria y Lanzarote. También en las tiendas oficiales de la Artesanía del Cabildo, situadas en la calle Primero de Mayo de Puerto del Rosario, en el casco antiguo de Betancuria y en el Museo del Queso, en Antigua.

Pero sin duda, para disfrutar de una auténtica experiencia local, cultural y tradicional, la mejor opción es visitar los diferentes mercadillos que se organizan a lo largo y ancho de la isla.

En los mercados artesanales, los productores del sector primario ofertan directamente al comprador una amplia gama de productos de la tierra, todos exquisitos y frescos, auténticos y exclusivos. Hablamos de como verduras y frutas ecológicas, pan, una amplia gama de quesos, bizcocho y pasteles artesanales, sal de espuma, derivados de aloe vera, salsas de mojo y mermeladas, y también, por supuesto, el preciado aceite de Fuerteventura.

En la zona norte, los mercados más interesantes son:

El Mercado de las Tradiciones de La Oliva, todos los martes y viernes, de 10:00 a 14:00 horas en la Casa de Los Coroneles. Es un claro exponente de los productos gastronómicos majoreros.

En Lajares también se celebra un interesante Marcado Artesanal, en la plaza del pueblo, todos los sábados de 10:00 a 14:00 horas, más centrado en productos de artesanía.

En zona centro:

Mercado Agrario La Biosfera. Todos los sábados, de 9:00 a 14:00 horas, en la planta alta de la Estación Insular de Guaguas de Puerto del Rosario. Ofrece una variadísima oferta de productos gastronómicos

Mercado Artesanal de Tetir. Se trata de un mercado trimestral, que tiene lugar cada año en el segundo domingo de los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre. Este mercadillo tiene un carácter de feria, y supone una muestra no sólo de la gastronomía y la artesanía, sino de todas las tradiciones majoreras.

En la zona sur:  

Mercado Agro-Artesanal de La Lajita, que organiza todos los domingos, de 9:00 a 14:00 horas, el parque zoológico Oasis Park Fuerteventura. Además de frutas, verduras, queso y productos panaderos y pasteleros, este mercadillo es interesante por su oferta de flores, plantas y semillas.

Aceite de oliva de Fuerteventura | FuerteCharter Excursiones

Aceite de oliva de Fuerteventura | FuerteCharter Excursiones

Una carrera en el paraíso: Dunas de Corralejo

Placer y sufrimiento. Con las incomparables Dunas de Corralejo como escenario, y la evocadora visión de la Isla de Lobos al fondo, se celebra cada año en Fuerteventura un evento irrepetible. Turismo y deporte se dan la mano en la Media Maratón Internacional ‘Dunas De Fuerteventura’, cuya octava edición tendrá lugar este sábado 29 de octubre de 2016.

Los organizadores del evento, amantes del atletismo residentes en Fuerteventura, se inspiraron hace ya ocho años en el famoso Maratón del Sáhara, una durísima prueba que atraviesa por etapas el desierto africano. Ese día pensaron, «pero si aquí también tenemos un desierto, y además contamos con un clima magnífico suavizado por el mar».

De ahí surgió la idea de organizar una prueba deportiva que unificara turismo y deporte, y que tuviera su mayor atractivo en discurrir en un 95% a través del Parque Natural de las Dunas de Corralejo. Durante la mitad del recorrido, en el tramo de regreso, los participantes disfrutan también de la visión del otro gran paisaje protegido del norte de la Isla, el Parque Natural de la Isla de Lobos, lo que convierte esta carrera en un evento único en su género. En palabras de Roberto Nuñez, responsable de la organización a cargo del Club Columbus RunnerFuer, se trata de una prueba «hecha en Europa pero con sabor Africano».

Tanto es así que, tratándose de una prueba internacional, entre los más de trescientos participantes inscritos cada año se encuentran corredores venidos expresamente desde el Reino Unido, Bélgica, Italia, Alemania Suiza o España, además, por supuesto, de los runners locales, que tampoco pierden la oportunidad. La media maratón se organiza coincidiendo con el Puente de Todos los Santos, aprovechando la festividad del día 1 de noviembre que facilita la participación de corredores nacionales, de todo el archipiélago canario, así como de muchos países europeos donde también se celebra el festivo.
Media Maratón: Dunas de Fuerteventura |FuerteCharter Blog

El hecho de mantener abierta la inscripción hasta un día antes de la carrera permite, asimismo, la inscripción a última hora de muchos turistas amantes del running que, aun no conociendo previamente el evento, se enteran una vez aquí y deciden apuntarse.

No en vano, Fuerteventura se ha convertido en los últimos años en un destino turístico y deportivo de primer orden mundial, gracias a sus suaves temperaturas a lo largo de todo el año y a las incontables posibilidades que ofrece, tanto en tierra como en el mar, un territorio virgen en su mayor parte pero también dotado de todo tipo de servicios. Cientos de miles turistas visitan Fuerteventura para disfrutar deportes náuticos como surf, kitesurf y windsurf, así como del senderismo, la natación en aguas abiertas, el running o el ciclismo.

Una carrera respetuosa con el medio ambiente

Uno de los mejores valores de la Media Maratón Internacional ‘Dunas De Fuerteventura’ es el respeto al medio ambiente. Tanto organización como participantes están plenamente concienciados de encontrarse dentro de un parque natural, por lo que el respeto al entorno es exquisito. La organización dispone de varios puntos de avituallamiento equipados con papeleras, donde los corredores depositan los envases de sus bebidas y comidas. Además, al término de la carrera se realiza un repaso a lo largo de toda la ruta, y los resultados son toda una satisfacció, pues los corredores no han arrojado ningún desperdicio. Es más, la organización aprovecha para limpiar el parque y retirar los residuos que pudieran haber llegado a su interior arrastrados por el viento.

21 kilómetros de placer y sufrimiento

La Media Maratón Dunas de Fuerteventura cuenta con una distancia oficial y homologada de casi 21 kilómetros, que discurren en su mayor parte por la arena de las dunas, pero también superando tramos de tierra, piedras y asfalto. El recorrido comienza en el entorno urbano de Corralejo, partiendo en dirección sur para cruzar hacia el interior de las dunas hasta llegar a Montaña Roja. Allí los los corredores inician el camino de regreso, esta vez por el margen exterior del parque natural, más cercano al mar y con la visión frontal de la Isla de Lobos y Lanzarote.

Se trata de un recorrido muy especial que invita a disfrutar de maravillosos paisajes, pero presentando al mismo tiempo el duro reto de superar los tramos de tierra, piedras y sobre todo, arena. Incluso en estas condiciones, el récord histórico de la carrera se ha situado en torno a una hora y veinte minutos, 15 minutos por encima del récord de la distancia que evidencian la dificultad de la prueba majorera.

Asimismo, además de la media maratón, para los corredores aficionados y sobre todo para los más jóvenes se organiza el día de la carrera una versión reducida de 8 kilómetros, llamada la Carrera 8 km. «El Quintillo», que este 2016 suma cinco ediciones.

En definitiva, nos encontramos de un evento que por su naturaleza y atractivo vale la pena disfrutar, no sólo como corredor, sino también como público si te encuentran en Fuerteventura durante el Puente de Todos los Santos.

Los gigantes marinos que vigilan nuestras aguas (II)

Maniobras navales en Fuerteventura: recuerdo de una tragedia

Una hueste de gigantes marinos clama justicia desde la atalaya de sus propios huesos. Tiempo atrás, al instante de su muerte, el mar ocupó la oquedad de sus cuerpos varados en la costa de Fuerteventura. Su redención llegó con el tiempo y, hoy, sus osamentas vacías exigen un espacio equivalente para sus semejantes.

El archipiélago canario es una de las localizaciones más importantes del mundo para la supervivencia, conservación y estudio de los cetáceos. Las autoridades científicas así lo han constatado, cuando señalan que en las islas se pueden llegar a encontrar hasta 28 de los 87 tipos de estos animales que existen en el planeta.

El proyecto escultórico de la Senda de los Cetáceos sirvió en su momento para recordar la tragedia de los varamientos masivos que tuvieron lugar en Fuerteventura y Lanzarote a consecuencia de los ejercicios militares navales organizados por la OTAN, en los años 2002 y 2004, bajo el nombre de operación Neotapon 02 y Majestic Eagle 04.

La utilización de sónares en estas maniobras fueron los causantes de dos varamientos masivos. En 2002, causaron la muerte a 14 ejemplares de los 27 animales que llegaron a las costas majoreras. Dos años después, las siguientes maniobras tuvieron lugar más al norte, provocando la muerte de al menos otros cinco ejemplares, de los que dos aparecieron en Lanzarote y tres en Fuerteventura.

En 2002, los ejercicios se realizaron frente a las aguas de Jandía, una zona de enorme actividad turística, dando lugar a escenas dantescas. Todos los que se encontraban en ese momento disfrutando de las paradisíacas playas majoreras asistieron, estupefactos, al desembarco junto a ellos de tropas militares. Al mismo tiempo, llegaban a tierra, uno tras otro, los cadáveres de los cetáceos.

La sociedad Oceana, según un informe realizado en agosto de 2004, describe los sónares llamados LFAS (Low Frequency Active Sonar, o Sónar Activo de Baja Frecuencia) y SURTASS LFAS (Surveillance Towed Array Sonar System  o Sistema de Sónar de Vigilancia por medio de Barrido Reticular) como sistemas de gran precisión que utilizan ondas de sonido de alta intensidad (por encima de los 200 dBi) y baja frecuencia (entre 450 y 700 Hzii) con el objetivo de detectar objetivos que pueden llegar a estar a cientos de kilómetros, navíos militares, submarinos nucleares, diesel, o incluso submarinos con el motor parado.

Como la propia OTAN ha reconocido, estos sistemas son enormemente dañinos para los animales marinos, e, incluso, se ha demostrado que pueden desorientar a los seres humanos si se encuentran sumergidos en la zona. Para especies específicas como los zifios son, sencillamente, letales.

Los zifios son animales que desarrollan la mayor parte de su vida a grandes profundidades, como demuestra el hecho de que en sus estómagos se hayan encontrado restos de calamares gigantes, que viven también en los fondos abisales y que nunca han sido visto vivos en la superficie. Las necropsias realizadas a los ejemplares muertos en Fuerteventura pusieron de manifiesto que todos ellos «habían sufrido daños similares a un fuerte proceso de descompresión, similar al que experimentan algunos submarinistas», el cual «provoca que el aire se expanda bruscamente, se comprima el cuerpo, se introduzcan burbujas en el riesgo sanguíneo y se produzca una embolia».

Con estos indicios, resulta sencillo imaginar a estos animales sumergidos a grandes profundidades en el momento de activarse el sónar, sufriendo un repentino e insoportable dolor que les obliga a huir desesperadamente hacia la superficie, provocando, sin remedio posible, su propia muerte por descompresión. El mismo y triste episodio tuvo que ocurrir dos veces hasta resolverse.

Tras las protestas de la comunidad científica, que devinieron incluso en un pronunciamiento no vinculante del Parlamento Europeo rechazando el uso de estos dispositivos, el Ministerio de Defensa español estableció en 2004 una moratoria que aplicaba el principio de precaución y que incluía el compromiso de no desarrollar en aguas canarias ejercicios navales con sónares antisubmarinos activos y explosiones, y firmó un convenio con el Gobierno regional para declarar una Zona de Especial Sensibilidad Marina.

Significó una gran victoria para la protección del medio marino canario. Sin embargo, no fue hasta varios años después que se constató lo que a todas luces parecía evidente. La ciencia es objetiva y se basa únicamente en los hechos. Por muy claros que parecieran los indicios, fue la investigación plasmada en la tesis doctoral de la bióloga marina originaria de Fuerteventura Yara Bernaldo Quirós, dirigida por el prestigioso catedrático Antonio Fernández Rodríguez, la que en 2011 confirmó la hipótesis.

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria consiguió así demostrar que los potentes sónares experimentales utilizados en aquellas maniobras fueron los causantes de los varamientos, marcando así un hito mundial en la materia.

Continuamente

Las esculturas esqueléticas de algunos de los cetáceos fallecidos en aquellas maniobras nos recuerdan la tragedia y nos advierten con su majestuosa presencia la necesidad de proteger la riqueza biológica que atesoran nuestras aguas.

Los gigantes marinos que vigilan nuestras aguas: Cetáceos (I)

Erigidos como centinelas en las costas majoreras, una serie de esculturas naturales conforman la Senda de los Cetáceos, un proyecto que proclama la riqueza y la biodiversidad del medio marino, y que reivindica una conciencia colectiva para proteger y defender un hábitat saludable, libre de amenazas para las especias marinas que habitan en nuestras aguas.

Fuerteventura es un paraíso para los cetáceos, y entre los que podemos encontrarnos están el delfín mular (tursiops truncatus), el calderón gris o delfín gris (grampus griseus), gigantes de hasta 20 metros como los cachalotes (Physeter macrocephalus) y los rorcuales, lo que comúnmente llamamos ballenas (Physeter macrocephalus), o grandes manadas de delfines comunes y moteados. Los zifios también habitan en las islas, pero son animales que pasan la mayor parte del tiempo en las profundidades y son difíciles de avistar.

No en vano, las aguas de Fuerteventura, Lanzarote, y en general de toda Canarias, son un destino privilegiado para practicar el avistamiento de aves, tortugas y otros animales marinos. Por supuesto, los cetáceos son una de las estrellas de esta actividad, y no resulta extraño encontrarse con ellos cualquier día de pesca, o dando un paseo en catamarán alrededor de la Isla de Lobos.

Cetáceos Fuerteventura | FuerteCharter Excursiones

Esculturas surgidas del mar

Basado en la recuperación y exposición de los esqueletos de estos grandes y longevos animales, la Senda de los Cetáceos es un proyecto que ha recorrido un largo camino desde que diera comienzo en abril del año 2000, cuando tuvo lugar el varamiento en la costa de Majanicho de un rorcual común (Balaenoptera physalus) hembra, cuyo esqueleto fue expuesto al público por primera vez en 2003 en las Salinas del Carmen. Los ejemplares de cetáceos que han dado lugar a estas esculturas han aparecido en las costas de la isla o flotando en sus aguas en diferentes circunstancias. Algunos murieron por causas naturales, y otros a consecuencia de actividades humanas, como por ejemplo colisiones con embarcaciones o sónares militares.

Actualmente, esta espectacular iniciativa cuenta con seis esculturas expuestas por toda la isla. Curiosamente, la mayoría de ellas están muy cerca de donde se produjo el varamiento del cetáceo. Actualmente, las esculturas se distribuyen:

En la zona norte, en el Centro de Interpretación de la Isla de Lobos, se encuentra expuesto un calderón tropical  (Globicephala macrorhynchus) de 4,6 metros, un espécimen que varó por causas naturales en 2009 en el propio islote, junta al Faro de Martiño. También se puede visitar en El Cotillo el esqueleto de un zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris), de 6 metros de largo, un ejemplar localizado en Majanicho en 2004, coincidiendo con la muerte de otros cuatro zifios entre Lanzarote y Fuerteventura, un varamiento masivo asociado a las maniobras navales militares internacionales ‘Magestic Eagle 04’.

En la zona centro se encuentra uno de los más espectaculares de la isla, un rorcual común (Balaenoptera physalus), de casi 20 metros de largo, que se erige desde el año 2003 en las Salinas del Carmen, junto al Museo de La Sal. Otra ballena, en este caso un rorcual tropical (Balaenoptera edeni) de 9 metros, se exhibe en el espigón del muelle de Puerto del Rosario, junto a la playa de Los Pozos.

En la zona sur se encuentra otra de las joyas del proyecto, un majestuoso cachalote (Physeter macrocephalus) de 15 metros instalado en el Saladar de Jandía. Un zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris), de 5,5 metros, localizado hace una década junto al Faro de La Entallada, cierra la exposición en la avenida marítima Paco Hierro de Gran Tarajal.

La Fundación Canarias Conservación, dirigida por el biólogo marino Manuel Carrillo, es la institución responsable de ejecutar este proyecto que coordina y financia el Cabildo de Fuerteventura.

Concienciar a la población residente y a los turistas sobre la necesidad de proteger el medio marino es una batalla que libran diariamente instituciones locales, asociaciones ambientales y empresarios del sector náutico. Un entorno marino saludable y sostenible es imprescindible en una isla como Fuerteventura, que no sólo vive del turismo y de la excelencia de sus playas, sino también de  otros sectores como el pesquero, el transporte marítimo, los puertos deportivos, la desalación del agua…

La exposición de esqueletos de cetáceos es un punto más para extender esta conciencia, y sirve para llamar la atención sobre estos longevos gigantes marinos que nos acompañan cada día, muchas veces sin nosotros verlos. Al igual que los humanos, son mamíferos que viven en familias y que se comunican de manera fluida entre todos sus miembros. Como vigías desde lo alto vigilan, desde tierra, su medio por nosotros, y nos recuerdan, con su imponente presencia, la necesidad de conservarlo.

Cómo se convierte en escultura el esqueleto de un cetáceo

La Senda de Los Cetáceos se es un proyecto que consiste en recuperar los cadáveres y restaurar los esqueletos de estos animales para su posterior exposición a modo de esculturas naturales, una iniciativa que requiere de un proceso lento y laborioso y que combina métodos científicos y artesanales.

El procedimiento completo comienza con la retirada de la mayor cantidad posible de materia orgánica adherida a los huesos del cadáver del animal. Para ello, se hace necesario enterrar el esqueleto bajo tierra, preferentemente en picón, para favorecer su correcta descomposición. Una vez desenterrado, tiene lugar una segunda fase que se puede alargar otros dos años, en la cual se aplica un lavado de agua a presión a los huesos y se dejan a la intemperie para proceder a su limpieza natural con la aplicación de diferentes tratamientos.

El equipo de la Fundación Canarias Conservación se vale para ello de una interesante técnica, que consiste en un aplicar a los huesos un tratamiento de agua, látex, endurecedores, fungicidas y algicidas, que favorecen su conservación frente a amenazas como hongos y humedad, y evitando que el esqueleto pierda su blancura natural.

El montaje de la escultura se consigue al finalizar el tratamiento y ensamblaje de casi 300 huesos individuales. Algunas partes como la cola de los animales, que no tienen huesos, se reproducen a semejanza del apéndice original.

Tomando el sol sobre millones de conchas marinas: así surgieron las playas de Fuerteventura

Fuerteventura es un paraíso para el turismo, no cabe duda. Sus interminables playas de arena blanca y agua cristalina son, junto a un clima soleado de suaves temperaturas, el principal atractivo que invita a más de dos millones de turistas a visitarnos cada año.

Turistas y residentes acudimos a la playa, tranquilos y despreocupados, seguros de encontrar cualquier día del año un escenario idóneo para relajarnos y disfrutar. Tumbados bajo el sol, recogemos un puñado de arena y jugueteamos con él. El cielo luce azul, escuchamos el rumor de las olas, y nos encontramos, sin ser conscientes de ello, sosteniendo en nuestras manos unos cincuenta mil granos de arena, cada de ellos, distinto del otro.

¿De dónde viene toda esa arena? ¿Cómo se formó? ¿Por qué Fuerteventura tiene más playas y son más extensas que el resto de las islas? ¿Estuvieron las playas siempre aquí? ¿Lo seguirán estando mañana? Todas ellas son preguntas que no nos planteamos habitualmente, pero que tienen sorprendentes respuestas.

¿De qué está hecha la arena?

En Fuerteventura, la arena de playas y dunas tiene mayormente un origen orgánico, esto es, que provine de organismos vivos, concretamente de las conchas que dieron cobijo a millones y millones de moluscos marinos en tiempos remotos. Basta observar de cerca ese puñado de arena que sostenemos en nuestras manos para darnos cuenta que, cada uno de sus granos tiene un tamaño, un color y una forma distintos, y en muchos de ellos podemos incluso reconocer la forma de las conchas originales.

Se trata de una realidad abrumadora. Cuesta imaginar la increíble cantidad de moluscos que vivieron y murieron durante millones y millones de años para acabar en las playas actuales.

Este material sedimentario, la arena que en esta tierra denominamos «jable», se encuentra en la mayor parte en las playas de Fuerteventura y Lanzarote, y en muchas de Gran Canaria. Pero no siempre es así. De hecho, lo más común es que la arena provenga de la erosión de las rocas, lo que da lugar, como es el caso de las islas occidentales, a particulares playas de arena de origen volcánico.

¿Cómo se forman las playas?

La formación de las playas de Fuerteventura se debe a un cúmulo de factores. En primer lugar, su antigüedad. Con una edad de unos 27 millones de años, Fuerteventura es la isla más erosionada. Por eso, a diferencia de las islas más modernas, cuenta con una extensa plataforma submarina que se prolongan bajo el mar, más allá de la costa. Un segundo factor son las corrientes que levantan los sedimentos marinos que afloran desde los fondos abisales y los arrastra hasta el litoral. En tercer lugar aparecen el viento y las olas. Las olas depositan los sedimentos sobre la plataforma, para que luego, con el cambio de mareas, el viento los arrastre hasta el interior.

Este proceso en que intervienen la plataforma, la corriente, el viento y el mar se sostiene gracias a un delicado equilibro. Este procedimiento descrito es el que ocurre, por ejemplo, en las Dunas de Corralejo, y por lo tanto, se ve inevitablemente afectado por la proliferación de construcciones alrededor del Parque Natural.

Sin embargo éste, aunque tiene un origen similar, no es el único proceso observable para la formación de las playas en Fuerteventura, sino que cada caso tiene sus particularidades. Por ejemplo, en el sur de la isla, existe una enorme cantidad de dunas fósiles calcáreas, playas que existieron en el pasado y que quedaron sepultadas por erupciones volcánicas posteriores y que hoy observamos como lenguas blancas  en los acantilados. Estas formaciones fósiles se van paulatinamente erosionando y sirven de aporte para las dunas del istmo de La Pared o las playas de Jandía.

En otros casos como, en Lajares, se encuentran enormes cantidades de arena tierra adentro. Se trata de antiguas playas que, tras las últimas erupciones registradas en los volcanes de Mascona y Bayuyo (hace entre 135.000 y 30.000 años), quedaron relegadas y acumuladas en zonas interiores.

Excursiones Fuertecharter | Grandes Playas de Corralejo, Fuerteventura
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¿Por qué en otras islas no hay playas como las de Fuerteventura y Lanzarote?

Las plataformas costeras majorera y conejera, así como también una parte de Gran Canaria, ofrecen un escenario con el que no cuentan las islas occidentales. De hecho, Fuerteventura y Lanzarote se integran en un mismo edificio volcánico, pues surgieron juntas geológicamente, y estuvieron unidas en el pasado, aunque, a día de hoy, esa conexión se encuentra en el estrecho de La Bocaina, a unos 20 metros de profundidad.

Por el contrario, las occidentales son islas mucho más escarpadas, y todavía se levantan en la actualidad sobre edificios volcánicos casi completamente verticales. Seguramente, dentro de millones de años, cuando la erosión haya causado su efecto inexorable, Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro contarán con maravillosas y extensas playas, mientras que Fuerteventura y Lanzarote habrán quedado sepultadas bajo el mar.

¿Seguirán inmutables las playas de Fuerteventura?

Indudablemente, no. Todos los procesos geológicos, aunque en la escala de una vida humana son difícilmente observables, son constantes y modifican continuamente la superficie de La Tierra. En algunos casos podemos observar directamente estos procesos, como fue la erupción del Volcán Teneguía, en La Palma, que en el año 1971 amplió la superficie de la isla en unos dos millones de metros cuadrados.

Pero y, ¿en Fuerteventura? En Fuerteventura ocurre exactamente igual. En los casos en que las playas se nutren de arena procedente de formaciones calcáreas (antiguas playas fosilizadas), se trata de un material finito que terminará algún día por erosionarse completamente. En otros casos como las dunas y playas de Corralejo, se trata de formaciones que existen hace apenas 15.000 años, una edad muy joven geológicamente hablando, y que se retroalimentan en un delicado equilibrio entre las corrientes, el viento y las olas. Cualquier cambio de origen ambiental que modifique estos factores podría provocar que la retirada de la arena sea mayor que el aporte, con lo que la playa comenzará a desaparecer paulatinamente.

Pero no hace falta que nos vayamos tan lejos. La acción del ser humano puede ser mucho más repentina que los factores geológicos y ambientales. Las construcciones que hemos ido desarrollando en el medio natural podrían ser devastadoras a medio plazo. Carreteras, hoteles y viviendas pueden influir de manera drástica en los ciclos naturales de la arena, provocando que, paradójicamente, el aprovechamiento económico de nuestros recursos naturales a través del turismo suponga el fin de la misma industria, al hacer desaparecer esos valores que hacen atractivo nuestro destino.

Debemos permanecer vigilantes, planificar a largo plazo y exigir exhaustivos estudios ambientales antes de autorizar nuevas construcciones, pues no sólo depende de ello la salud de nuestros parajes naturales, sino la pervivencia de la propia actividad turística.

Historia: Entre turistas y corsarios

Las idílicas y bellísimas playas de Fuerteventura son hoy en día un paraíso para relajarse o practicar deportes náuticos. Pero este espacio de disfrute y tranquilidad fue durante siglos el escenario de trágicos acontecimientos relacionados con el desembarco de corsarios y piratas. Cuesta hacerse a la idea, pero estas mismas playas de aguas cristalinas y arena blanca vieron posar los pies en tierra majorera a innumerables invasores de todas las épocas y orígenes. Historias que merece la pena recordar.

Los antiguos pobladores de la isla, los mahoh, tuvieron que lidiar con la llegada de los conquistadores normandos que, bajo el mando de Jean de Bethencourt y con autorización de la Corona de Castilla, desembarcaron en la playa de Ajuy en el año 1402 para dar inicio en Fuerteventura a la conquista de toda Canarias, que se extendería a lo largo de todo el siglo hasta culminar con la caída de Tenerife en 1496, ya bajo la corona castellano-aragonesa de los Reyes Católicos.

Sin embargo estas no fueron, ni mucho menos, las primeras incursiones foráneas en las islas. Casi un siglo antes, el explorador genovés Lancelotto Malocello se estableció durante dos décadas en Lanzarote -¿sería este personaje quien daría nombre a la isla?-, y ha quedado constancia de la venta de esclavos canarios a cargo de navegantes berberiscos originarios del norte de áfrica antes de la conquista. Asimismo, y aun a falta de documentos históricos concluyentes, el registro arqueológico ha constado la presencia romana en las islas desde dos mil años atrás, como demuestra, por poner un ejemplo, el yacimiento de la Isla de Lobos descubierto en 2012. Hay incluso, con polémica de por medio, quien sugiere que el poblamiento del archipiélago fuera obra de los fenicios, siglos antes del inicio del calendario cristiano.

Pero volvamos a hechos más recientes y constatables. Los pobladores canarios y, entre ellos, los majoreros -ya fueran los aborígenes prehispánicos o sus descendientes una vez adoptada la cultura europea-, estuvieron fatídicamente familiarizados con invasiones de todo tipo durante la edad moderna. Durante los siglos XVI, XVII, XVIII y principios del XIX, Canarias sufrió los ataques de populares piratas y corsarios de toda Europa, que azotaban las islas, unas veces con éxito y otras sin él, dependiendo de los cambiantes equilibrios diplomáticos y alianzas entre naciones imperantes en cada momento.

Tanto piratas independientes como corsarios que actuaban con autorización de una u otra nación actuaron en aguas canarias acumulando derrotas y victorias. Algunos fueron corsarios galos como Juan Florín y François Leclerc «pata de palo», holandeses como Pieter Van der Does, el gran almirante de la Armada de Argel y pirata berberisco de origen canario, Alí Arráez Romero, o numerosos corsarios británicos como John Hawkins, sir Francis Drake, Robert Blake u Horacio Nelson, estos últimos fracasando sucesivamente durante cuatro siglos en su intento por hacerse con Tenerife (Nelson llegó incluso a perder un brazo y parte de sus tropas en su ataque de 1797).

Corsarios en Fuerteventura

Tras el descubrimiento de América en 1492, las islas fueron enclave estratégico en la ruta entre Europa y el Nuevo Mundo. Las aguas canarias fueron durante siglos escenario habitual de ataques corsarios que trataban de socavar la supremacía del imperio español, interrumpiendo las rutas comerciales principalmente a través del abordaje de embarcaciones y el saqueo de territorios a la mínima oportunidad.

No debe olvidarse que Canarias también sirvió como punto de partida para organizar incursiones y ataques en sentido contrario, esto es, saqueos y capturas de esclavos en las costas africanas. Esto ocasionaba frecuentes represalias por parte de los navegantes berberiscos, especialmente en Fuerteventura y Lanzarote, por ser las más cercanas, y quienes las sufrían, como no puede ser de otra manera, eran las gentes locales.

Recordemos la historia de dos episodios que tuvieron lugar en Fuerteventura con distinto resultado.  

En 1593, el berberisco Xabán Arráez realizó un duro saqueo tras arribar a la isla majorera al mando de al menos siete galeras y varios bergantines. Su ataque se centró en el Valle de Santa Inés y Betancuria. Los pobladores locales trataron de huir y refugiarse en montañas y cuevas llevando consigo todos los objetos de valor posibles. Desde Gran Canaria llegaron refuerzos para tratar de repeler el ataque, pero no pudieron impedir que Arráez saliera victorioso y abandonara la isla tras capturar sesenta civiles y saquear e incendiar Betancuria.

No obstante, el más famoso de los episodios acaecidos en Fuerteventura es la Batalla de Tamasite, que conmemora los dos enfrentamientos contra corsarios ingleses que tuvieron lugar en 1740. Los invasores desembarcaron en Gran Tarajal y consiguieron alcanzar y saquear el pueblo de Tuineje, pero los majoreros no se amedrentaron. Encabezados por el Teniente Coronel Sánchez Umpiérrez, y armados apenas con palos y piedras, ciudadanos sin formación militar fueron capaces de organizarse en milicias para vencer y apresar al enemigo en la Batalla de El Cuchillete. No olvidemos que a pesar de haber sido colonizado y cristianizado, el pueblo canario conservó muchas de sus tradiciones aborígenes, entre ellas algunas habilidades de gran utilidad en la batalla como la lucha canaria o el juego del palo, deportes tradicionales que todavía se practican a día de hoy. Un mes más tarde, los corsarios lo intentaron de nuevo, pero las milicias, mucho más organizadas, contando esta vez con las armas de fuego requisadas en la anterior contienda y valiéndose de camellos de labranza, derrotaron nuevamente a los ingleses en la Batalla del Llano Florido.

Esta victoria es conmemorada cada año en el mes de octubre coincidiendo de las Fiestas Juradas de San Miguel, patrón de Tuineje, en una bella recreación que interpretan los vecinos del municipio y que ha sido declarada Bien de Interés Cultural y Bien de Interés Turístico. Sin duda, un evento que vale la pena presenciar una vez en la vida.

Veneno contra los piratas

El historiador majorero Carlos Vera ha investigado un acontecimiento curioso del siglo XVIII que constata el tradicional ingenio de los majoreros para lidiar con la piratería. Los invasores desembarcaron esta vez en El Cotillo, con el objetivo habitual de saquear riquezas y abastecerse. El coronel de la época tomó una decisión tan genial como dramática, al ordenar verter veneno en el agua de uno de los aljibes que se encontraban en su camino. Fieles a su costumbre, los corsarios bebieron del aljibe y, claro, murieron. Dos siglos después, el lugar es conocido como el Aljibe del Veneno, y se encuentra recientemente rehabilitado y es visitable en el pueblo de La Oliva.

Estos son sólo algunos ejemplos de los innumerables e interesantes acontecimientos históricos de los que las costas canarias han sido testigos. Fuerteventura, Canarias en general, somos mundialmente reconocidas por nuestras playas, nuestro clima o la calidez de nuestras gentes. Sin embargo, entre las paredes de los pueblos, en los yacimientos de las montañas, en pecios perdidos bajo el mar, o en los recuerdos que se llevó el viento en las orillas de las playas, hay testigos silenciosos de la historia de la civilización humana. Donde mismo hoy se bañan los turistas, o desde donde contemplas nuestros maravillosos paisajes rurales, descansan leyendas e historias de conquistas y luchas de poder, crueldad y compasión, amores y desamores, ritos y lenguas olvidadas. Muchas de ellas no son recuperables, aunque vale la pena imaginarlas.

Equipo FuerteCharter
Excursiones diarias a la Isla de Lobos

 

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