Nuestras paradisíacas costas majoreras, que a diario acogen visitantes que se tumban en sus playas a disfrutar del sol, que surfean sus olas o que aprovechan para realizar paseos en barco, también están cargadas de historia. Aquí os dejamos un artículo sobre el American Star, gran buque de lujo que encalló en la Playa de Garcey, municipio de Pájara, en 1994, y que en su momento supuso un gran atractivo turístico en nuestra isla.
El 31 de agosto de 1939, la primera dama de los EEUU, Eleanor Roosvelt, bautizaba uno de los buques más lujosos de todos los tiempos: el American Star; un trasatlántico destinado al transporte de pasajeros (cuya capacidad era de 1048 personas), que tardó en construirse unos dos años, con un coste de 18 millones de dólares.
Pero el viaje inaugural de este enorme buque (48 metros de eslora menos que el Titanic) tuvo que posponerse debido a la II Guerra Mundial, ya que el barco fue militarizado y reformado para el transporte de tropas a Europa, al Océano Pacífico y al Índico; llegó a tener una capacidad para 8000 soldados e incluso le cambiaron el nombre, USS. West Point.
Tras la guerra, en diciembre de 1946, realizó por fin su verdadero viaje inaugural, por lo que fue restaurado recuperando su lujo inicial, y volviendo a manos de sus propietarios, la compañía norteamericana United States Lines. El buque cruzó en varias ocasiones el Atlántico, hasta que los aviones fueron desplazando gradualmente a los cruceros. Finalmente, en 1964 fue retirado del servicio y adquirido por una naviera griega que lo modernizó, amplió (2300 pasajeros) y rebautizó como SS. Australis, para transporte de emigrantes y turistas. Con los años pasó por varios propietarios y fue sucesivamente rebautizado con diferentes nombres hasta que por el año 77 su manutención fue dejada de lado por un espacio de 16 años; el barco quedó fuera de servicio y sus máquinas se tornaron inservibles.
Ya en 1993 comienza su última etapa, cuando un armador tailandés lo compra por 2 millones de dólares para reconvertirlo en un hotel flotante de lujo en Bangkok; fue nuevamente rebautizado como American Star.
El 15 de Enero de 1994, con las hélices desmontadas y propulsado por el remolcador ucraniano Neftegaz 67, en el trayecto hacia el Puerto de la Luz (Gran Canaria), donde realizaría una escala en su camino a Tailandia, fue azotado por un temporal que hizo imposible recuperar el control del buque. Dos días más tarde, la tripulación era rescatada y el barco dejado a la deriva con la intención de recuperarlo una vez que la tormenta amainara.
Tres días después, el American Star encallaba en la Playa de Garcey, municipio de Pájara, costa suroeste de Fuerteventura. Este sería su último destino, convirtiéndose en una auténtica atracción para extranjeros y lugareños que acudían para ver la grandeza de uno de los barcos más lujosos de su tiempo, encallado a pocos metros de la orilla.
Mientras discutían propietarios y aseguradoras, la nave, abandonada a merced de las fuertes corrientes y el oleaje de la zona, se partió por la mitad y poco más tarde la popa se hundía en el océano. La otra mitad, la de proa permaneció en la playa hasta que a día de hoy sólo se avista la punta en marea vacía, luchando por no desaparecer para el resto de la historia.
Hoy en día mucha gente en la Isla conserva vestigios del American Star; un bar de la capital fue decorado completamente con objetos del barco; se cree que los dos pianos de la Estrella de América están en Antigua; también la silla giratoria que perteneció al primer oficial es ahora propiedad de un artesano de la zona.
Muchas historias como estas se escuchan por la Isla, incluso la madera del buque ha sido aprovechada, entre otras personas por un artesano, Kai, que fabrica guitarras de alta calidad con madera extraída del American Star.
Desde FuerteCharter pretendemos nos solo seducirles con nuestros paseos en barco, sino también enseñarles parte de la historia que recoge este pequeño gran paraíso.
El equipo de FuerteCharter