De sobra son conocidas las excelentes condiciones de una isla como Fuerteventura para practicar cualquier tipo de pesca. Métodos tradicionales que se usaron en la isla desde tiempos inmemoriales, como por ejemplo la pesca de la vieja con cuero de cabra y caña de bambú, se mantienen vivos. Pero hoy vamos a hablar de los nuevos métodos con señuelo que cada vez se utilizan más para ir a por los peces más grandes y codiciados. Y no hace falta un barco para ir a por ellos.
Entre estas nuevas técnicas en pleno auge y desarrollo (dejando a un lado antiguas técnicas ya conocidas y desarrolladas como la pesca con mosca), nos encontramos principalmente con el spinning, el jigging, el egging y el rockfishing, donde en todas ellas, junto con sus diversas variaciones (pesos, lanzado, recogida y movimiento), el objetivo final se resume en la captura de la especie depredadora elegida por cada pescador en función de la zona geográfica en la que se encuentre y las especies que allí habiten.
La pesca con señuelos artificiales se ha utilizado desde mucho tiempo atrás, mucho más del que creemos, para conseguir el objetivo de capturar las especies de peces depredadoras que habitan las aguas de nuestro planeta, bien se trate de aguas dulces (como ríos o lagos), o de aguas saladas o salobres (océanos, desembocaduras de los ríos, etc.).
La técnica más mundialmente conocida para este tipo de pesca es el curricán o pesca de altura, donde se utilizan “muestras” o señuelos de diferentes formas y colores para capturar, principalmente, especies como el atún o peces de pico tales como los marlines , entre otros, en los últimos tiempos hemos observado un crecimiento significativo de otras técnicas o modalidades de pesca con señuelos de menor calibre, ya sea desde costa o embarcados, para conseguir el mismo objetivo de capturar las especies depredadoras que abunden en nuestras aguas, normalmente de menor tamaño que las capturadas en el curricán de altura.
Si nos centrásemos básicamente en la función de cada una de las modalidades, llegaríamos a la misma conclusión que la explicada unas líneas más arriba, el uso de señuelos artificiales que, según su forma y tamaño, tienen que ser dotados de movimiento (principalmente simulando un pez herido mediante diversas técnicas de recogida de la línea), para sacar a la luz el instinto depredador de las especies buscadas y desencadenar así el ataque a nuestro señuelo, consiguiendo nuestro objetivo final de capturarlas.
Pero hoy iremos un pasito más allá, e intentaremos explicar un poco más detalladamente las diferentes características de una de estas técnicas, el spinning, así como de los equipos a utilizar, señuelos más comunes, y especies posibles a capturar.
En función de las especies buscadas, se tienen que adaptar tanto los señuelos como los propios equipos en sí (cañas, carretes y líneas) para que no existan diferencias significativas entre el tamaño de los peces y el material, puesto que si usamos equipos muy pesados para depredadores pequeños, apenas disfrutaremos de su combate, y viceversa; usando equipos muy ligeros para capturar grandes depredadores, corremos el inminente peligro de la rotura de cualquiera de los componentes de nuestro material de pesca, así como la más que posible pérdida del pez, en cuyo caso suele llevarse consigo el propio señuelo y varios metros de línea que pondrán en claro peligro su vida.
A continuación detallaremos más meticulosamente esta técnica que no para día tras día de ganar adeptos, así como sus características más comunes para, finalmente, conseguir nuestro objetivo de capturar nuestro ansiado pez.
Los secretos del spinning
Cada vez más practicada y conocida, esta técnica puede practicarse tanto embarcados, como desde la propia costa en pesqueros de piedra, playas, o espigones.
Básicamente y a grosso modo, esta técnica consiste en el lanzado en horizontal (hacia adelante) de los distintos tipos de señuelos, ya sean de superficie o hundidos, para proceder después a dotarlos de “vida” mediante los distintos tipos y velocidades de recogida.
En todas sus versiones, las características de los materiales más comunes como cañas y carretes son bastante diversas, pero podríamos resumirlo de la siguiente manera:
Cañas: Las cañas de pesca más comúnmente usadas para esta modalidad suelen estar constituidas de fibra de carbono, por norma general, de 1, 2 o más tramos que en su totalidad no superen los 3,50 metros de longitud; aunque lo más común suelen ser cañas de entre 2,00 metros y 3,00 metros, donde el grosor de las mismas dependerá del peso de los señuelos a lanzar, que a su vez dependerán de las especies buscadas por el pescador.
Carretes: Normalmente, los carretes más utilizados para esta pesca suelen ser carretes de bobina fija, con un buen freno delantero que pueda hacer frente a largas batallas, y con una alta velocidad de recogida o “ratio” alto.
Líneas: Para favorecer el lance de los señuelos, lo ideal es usar multifilamento, puesto que este tipo de líneas ofrece una mayor resistencia en diámetros muy reducidos en comparación con el monofilamento o “nylon”, aparte de muchas otras ventajas con respecto al propio “nylon”.
Clasificaremos esta modalidad en 3 subdivisiones, donde nos encontramos que:
Spinning pesado: Usando cañas de entre 2,00 y 2,70 metros, su acción (o rango del peso óptimo del señuelo para su lance) suele ser de 100-300 gr, o lo que es lo mismo, el peso ideal de los señuelos a lanzar con dicha caña tiene que estar comprendido entre los 100 y los 300 gramos.
Los carretes serán de un tamaño 8000 o superior, para poder hacer frente a grandes y poderosas batallas, repletos de multifilamento de entre 0,30 y 0,60 mm.
Los peces más buscados serán los depredadores de gran tamaño, como los grandes atunes, o especies tropicales como los jureles gigantes (GT´s) o cuberas.
Spinning medio: La acción de las cañas suele estar comprendida entre los 30 y los 120 gramos, aproximadamente, para capturar especies costeras o de menor tamaño como puedan ser pequeños túnidos, barracudas, anjovas (o pejerrey), y un sinfín de especies pelágicas que puedan sucumbir a nuestros engaños (como distintos tipos de jureles, serviolas, peces de fondo como meros, samas o abades, y un larguísimo etcétera).
En este caso, los carretes a usar serán de tamaños más reducidos, entre 4000 y 8000, puesto que las exigencias de los depredadores suele ser menor, y las líneas a utilizar estarán comprendidas entre los 0,15 y los 0,30 mm de grosor.
Spinning ligero: Aquí el disfrute es mayor, aunque existe un mayor riesgo de rotura del material debido a la fatiga o a encuentros inoportunos con depredadores de mayor porte a los buscados.
Los carretes serán de un tamaño menor, entre 2500 y 4000, repletos de líneas de entre 0,10 y 0,15 mm de grosor y a su vez acoplados a las cañas a utilizar, que estarán comprendidas entre los 2,00 y los 2,70 metros de longitud, por norma general, y acción de entre 10 y 40 gramos.