En nuestro afan por dar a conocer las maravillas de este paraíso que es Fuerteventura no podemos dejar de hablar del pueblo más antiguo de esta isla, y aunque nuestra principal pasión es el mar y las excursiones en barco por estos lares, les recomendamos una visita a esta localidad de la zona centro de la la isla, se trata de Betancuria. Vamos a acercarnos un poquito a la historia de esta isla y en concreto de este pueblo, remontándonos a los años de la conquista.
En 1402 la Isla de Fuerteventura fue invadida por el francés Jean de Bethencourt (noble de origen normando que entró en contacto con la corona de Castilla a través de un pariente y consiguió el derecho de conquista de las Islas). Pero no fue hasta dos años después cuando Fuerteventura es por fin conquistada.
En 1404 empieza formalmente la colonización; se creó para ello una capital, fundada por el militar Gadifer de la Salle —que acompañaba a Jean de Bethencourt en la conquista— y por el propio Bethencourt, cuya figura sería honrada al dar nombre a la nueva capital, Betancuria; situada en una de las zonas más fértiles del interior —un valle muy verde y resguardado de los vientos—, menos vulnerable y más protegida de los frecuentes ataques piratas que sufrían las costas de la Isla.
Este lugar había sido uno de los primeros asentamientos de la Isla cuando sus pobladores aún eran los guanches.
Desde su fundación se convirtió en capital y centro rector de la Isla y en ella radicaron históricamente los órganos de administración y gobierno insulares. Betancuria conservó su importancia política y administrativa durante siglos, resistiendo incluso a los intentos de invasión berberisca que prácticamente arrasaron la capital a mediados del S. XVI.
Sin embargo, con la entrada del sigo XIX su poder económico fue bajando en beneficio de otras poblaciones que crecían más rápidamente, como La Oliva o Pájara, hasta que actualmente es uno del los núcleos urbanos de Fuerteventura que menos población tiene.
A comienzos del S. XVIII se traslada el gobierno militar a La Oliva, marcando así la primera brecha en el monopolio político que constituía Betancuria, pero no es hasta el s. XIX cuando las trasformaciones económicas, sociales, administrativas, religiosas y políticas —debidas a la disolución del Antiguo Régimen y coincidiendo con el despegue económico del área oriental de la Isla— debilitan el poder de Betancuria en favor de otros núcleos como Pájara, La oliva, Antigua o Puerto de Cabras (actual Puerto del Rosario).
Betancuria dejó de ser parroquia única de la Isla (siglo XVIII), cuando se crearon las parroquias de Nuestra Señora de Regla (Pájara) y Nuestra Señora de La Candelaria (La Oliva).
En 1834 se crea el municipio de Puerto de Cabras, independiente de Tetir, y poco a poco se van instalando allí las distintas instituciones de la administración y el gobierno, convirtiéndolo en capital en 1860.
A día de hoy, Betancuria, con menos de 700 habitantes, es un atractivo turístico por la belleza de la zona y del pueblo, ya que sigue siendo uno de los más bonitos de la Isla, cuyo histórico poder aún se ve reflejado en sus calles.
Qué ver?
Iglesia-catedral de Santa María
Es uno de los edificios principales de esta capital histórica que se empezó a construir en los primeros años de fundación de Betancuria, para cubrir las necesidades espirituales de los isleños (el 10% de todo lo que se producía en agricultura se entregaba a la iglesia, y el 20% al gobernador de la isla). Esta iglesia-catedral, de estilo gótico-normando, sufrió los ataques berberiscos y tuvo que ser reconstruida en el siglo XVII, aunque aún conserva algunos restos de aquella primera iglesia, como el campanario o algunas columnas y, siendo dignos de mención, su baptisterio, el coro y un artesonado mudéjar.
La ermita de San Diego
Otro elemento característico de Betancuria es esta ermita, similar —en cuanto a la piedra y el encalado— a la catedral. Junto a ella, los restos del convento franciscano, que originariamente formaban, con la ermita, parte del primer convento franciscano que se fundó en las Canarias.
Les recomendamos una visita a la antigua capital de la isla, en sus calles, ademas de respirar el espíritu de la conquista y la historia de Fuerteventura, podrán encontrar artesanía local, restaurantes con platos típicos majoreros,… y disfrutar de una de las zonas con más vegetación de este paraíso desértico; como hemos comentado en el primer párrafo, antes de conocer el interior de esta Isla, les recomendamos encarecidamente esa excursión en barco desde Corralejo de la que somos los auténticos profesionales, donde les descubriremos la experiencia de disfrutar del mar y una de las maravillas y monumentos naturales más bellos de este archipiélago canario, la Isla de Lobos. Les esperamos…
El equipo de FuerteCharter