Una de las especies más representativas de la fauna marina de Fuerteventura y también de su gastronomía, es la reconocida Vieja (Sparisoma cretense).
En nuestras excursiones diarias al vecino islote de Lobos, la presencia de esta especie alegra el fondo con los vivos y vistosos colores, rojo y amarillo, que presenta su hembra.
La Sparisoma cretense pertenece a la superclase de vertebrados gnatóstomos, de la que forman parte los peces que cuentan con un esqueleto interno óseo (osteictios), formado por muchas piezas calcáreas y pocas cartilaginosas. A parte de su esqueleto interno, también cuentan con huesos en la dermis en forma de escamas, lo que se conoce como dermatoesqueleto.
Su boca es terminal y de pequeñas dimensiones, y puede realizar movimientos muy precisos, ya que tiene huesos dérmicos articulados, de los que salen los dientes, que son muy fuertes pero carecen de reemplazo cuando se caen o rompen. Los dientes están parcial o completamente fusionados, formando un par de placas en cada mandíbula, en forma de pico de loro, por lo que muchas veces reciben el nombre de pez loro.
Habita en fondos rocosos, alimentándose de pequeños crustáceos e invertebrados. Su manera de proceder, a la hora de comer, es mordisquear el fondo, introduciéndose en la boca incluso partículas rocosas. Una vez en su estómago, este se encarga de separar los trocitos de roca de los pequeños crustáceos e invertebrados que se esconden en ellas, y posteriormente expulsa los pedazos de rocas en forma de arenilla, por lo que es un pez que contribuye a la formación del fondo arenoso.
El cuerpo de la vieja es ovalado, con parte anterior redondeada y cabeza cónica, y es una especie que presenta grandes diferencias de color entre la hembra y el macho. Mientras el macho es de color parduzco, la hembra tiene vistosos colores, rojo, añil y amarillo. Los machos pueden alcanzar los 50 cms de longitud.
Otro de los rasgos característicos de este especie es que los ejemplares pueden cambiar de sexo, debido a estrategias desarrolladas a lo largo de la historia para perpetuar la especie. Esta especie tiene los dos órganos reproductores, masculino y femenino, pero en un principio solo una parte de los órganos madura, así se definen como hembras o machos. Sin embargo, cuando el ejemplar alcanza cierta edad, si por ejemplo muere el compañero, los órganos sexuales del que queda vivo se atrofian y las hormonas estimulan los otros órganos reproductores para que maduren y se garantice la supervivencia de la especie.
El arte de la pesca de la vieja tiene sus peculiaridades y existe un gran número de aficionados y profesionales que solo se dedican a pescar esta especie, y que cuentan con todo un mundo de conocimiento y sabiduría al respecto. Nombran sus aparejos con nombre diferentes al resto de los pescadores, tienen una caña especial, muy larga y con la punta muy flexible, y que suele estar fabricada con inteligencia y con pocos medios. Incluso el nombre que le dan a las bajas puede variar con el que le dan el resto de pescadores.
Según estos hombres de mar, la vieja es un “pez sabedor, que si no sabes cómo pescarlo te pone a prueba y hasta se ríe de ti”. Es necesaria una buena técnica y no basta con engañarla engoando (engoar= echar carnada en el agua para el pescado). Son muy caprichosas respecto a la carnada, y sólo le gustan los pequeños cangrejos de roca. En Fuerteventura es habitual ver a los pescadores, en marea baja, recorriendo las bajas, agachados, para capturar el manjar que les ayudará a capturar sus trofeos.
Este tipo de pesca puede realizarse desde costa o desde barco. En la antigüedad, la pesca desde chalana requería a dos marineros, uno que llevaba los remos y otro la caña a la espalda, para dar el tirón en el momento adecuado, ya que la otra mano estaba ocupada en llevar el mirafondos: vidrio que se usaba para ver cómo se acerca el pescado por debajo del agua. Los marineros tenían su propio lenguaje de gestos con las piernas, ya que las manos las tenían ocupadas con caña y remos, para poder comunicarse sin necesidad de palabras y no ahuyentar así al sabio pescado. De esta manera, con las piernas, el marinero que llevaba el mirafondos le indicaba al que remaba si tenía que dar remadas y hacia dónde. A día de hoy la pesca ya se hace con barcos a motor y no es necesaria la presencia de dos marineros por barco. Se pesca a boya con carrete o con caña de aire.
La vieja es caprichosa también respecto al hábitat, por lo que se puede encontrar tanto en la zona intermareal como en la costa, y tiende a moverse de un lado a otro con frecuencia.
Según los pescadores, el mejor momento para capturarlas es al amanecer, ya que las viejas descansan siempre en el mismo sitio (dormideras), y por la mañana se despiertan hambrientas, y les es más difícil rechazar un delicioso cangrejo.
El Equipo de FuerteCharter.