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Tortuga Boba (Caretta caretta)

La Tortuga boba o Caretta caretta, es una de las 7 especies de tortugas marinas que se distribuyen por los océanos y mares de aguas templadas, tropicales y subtropicales del mundo entero, y uno de los visitantes excepcionales de nuestras costas, con el que tenemos la suerte de encontrarnos, de vez en cuando, en nuestras excursiones desde Corralejo al Islote de Lobos.

Las tortugas marinas son unos reptiles prehistóricos que datan, según algunos restos fósiles, de más de 200 millones de años, aunque las especies que conocemos en la actualidad tienen sus fósiles más antiguos en un período que oscila entre los 10 y los 60 millones de años. Sobrevivieron a sus vecinos los grandes dinosaurios.
La principal característica, común a todas las especies de tortugas marinas, es la presencia de un caparazón óseo, formado por carapacho o espaldar —parte superior— y plastrón —parte inferior—, que cubre todas las vísceras de manera muy eficaz, dejando hueco para la salida de cabeza, extremidades y cola.
Estos grandes reptiles marinos están muy adaptados a la vida de mar (algunos ejemplares macho pueden estar horas sumergidos), pero siguen necesitando del aire para respirar y de la tierra para la reproducción.
La Tortuga boba o Caretta Caretta, también conocida como tortuga caguama, cayume o cabezona, recibió este nombre en honor al gran tamaño de su cabeza, en comparación con el resto de las tortugas marinas.

Distribución:
La mayor parte de su vida transcurre en el mar, en aguas costeras poco profundas, que rondan los 13,3º y 28º.
La Caretta caretta es la más cosmopolita de todas las especies de tortugas marinas, y se extiende por el Océano Atlántico, Índico, Pacífico y el mar Mediterraneo, con mayor representación en la costa sudeste de América del Norte (Florida es el lugar con mayor número de nidos, más de 67.000 anuales), seguida por la costa de la península Arábiga en el Índico y por la costa occidental de Australia.
En Canarias es la especie más relevante de tortuga marina que tenemos y podemos encontrarla durante todo el año, abundando en primavera y verano. Y como hemos dicho, en ocasiones es una compañera de excepción en nuestras excursiones en barco desde Corralejo.

Familia
Aunque no hay muchos datos sobre las tortugas marinas en general, debido a que son especies longevas y con ciclo vital muy complejo, se sabe que la especie Caretta caretta pertenece a la familia Cheloniidae, datada de hace 40 millones de años. Esta familia la comparte con otras 5 especies: tortuga bastarda, tortuga golfina, toruga carey, tortuga plana y tortuga verde; la mayoría de ellas en peligro de extinción.

Morfología e identificación
La tortuga boba presenta el caparazón duro más grande todas las especies (70-95cms.) Los ejemplares adultos machos rondan los 80-200kgs, aunque se han registrado ejemplares de más de 500kg. de peso y de más de 200cms de largo.
Suele ser marrón con tonos rojizos, y el tono amarillo reina por los bordes y por el plastrón.
Presentan glándulas lacrimales, detrás de los ojos, por las que eliminan el exceso de sal que ingieren al tragar agua de mar. Esto les da el aspecto, en tierra, de que estuvieran llorando.
En individuos que no son adultos es imposible diferenciar el sexo por la apariencia exterior. En los adultos sí se presentan algunas diferencias: los machos tienen la cabeza más grande, la cola y las garras más largas, el plastrón más corto y el caparazón menos abombado que las hembras.
Son omnívoras y se alimentan especialmente de invertebrados marinos, pero también tienen fuertes mandíbulas que les permiten destrozar cangrejos y moluscos.

Reproducción
Una característica de esta especie, que le mantiene atada a la tierra, es la necesidad de las hembras de acudir a la costa para cavar nidos y depositar los huevos. Es una especie con baja tasa de reproducción, ya que las hembras, a parte de alcanzar la madurez sexual entre los 17 y los 33 años (longevidad entre 47 y 67 años), sólo desovan en ciclos de 2 o 3 años. Además, de los huevos que eclosionan muy pocos llegan a convertirse en adultos.
Por este motivo, sumado a la desaparición de muchas playas de desove o anidamiento, a que muchos ejemplares mueren atrapados en aparejos de pesca, asfixiados en redes de arrastre, atrapados en residuos plásticos… se considera que la tortuga boba es una especie en peligro de extinción.

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En Fuerteventura, desde el año 2009, existe el Proyecto Tortuga, que pretende reintroducir en las Islas Canarias esta especie que desapareció de nuestras costas hace 300 años, mediante la traslocación de los huevos de tortugas boba provenientes de Cabo Verde.
La Playa encargada de acoger estos nidos de huevos es la Playa de Cofete, en el sur de la isla. En el primer año nacieron más de 500 tortugas, lo que demostró las características idóneas de esta playa para un proyecto de esta índole.

En un artículo próximo hablaremos en profundidad de este proyecto que pretende colaborar a la perduración de esta especie a nivel mundial.

El Equipo de FuerteCharter.