Fuertecharter | Common octopus in Fuerteventura

El Pulpo común: sangre azul en las aguas de Fuerteventura

Foto portada: ©M.Brekkevold

El Molusco Cefalópodo más escurridizo de las aguas del Mediterráneo y el Atlántico oriental, Octopus vulgaris, es una de las joyas que habita en los fondos rocosos y roco-arenosos de Fuerteventura, hasta los 100 metros de profundidad.

La palabra pulpo proviene de la latina polypus, y significa literalmente “de muchos pies”. En total cuenta con 8 brazos, recorridos por dos filas de ventosas, 6 de los cuales, según estudios científicos, emplea para manipular objetos y presas, y los dos traseros para desplazarse por las rocas. El pulpo común, al contrario que otros cefalópodos como el calamar, no tiene tentáculos. Los tentáculos son largas prolongaciones, más largas que los brazos, que les ayudan a capturar a sus presas. Esta es una buena característica para diferenciar a pulpos de calamares, ya que los calamares, además de los 8 brazos presentan dos tentáculos.

Como medio de locomoción el pulpo no solamente utiliza los brazos, sino que posee también un sifón ventral que le sirve para desplazarse nadando por propulsión a chorro, de manera muy rápida.

Como todos los cefalópodos, el pulpo común tiene “sangre azul” (en vez de hemoglobina tienen hemocianina, con átomos de cobre en lugar del hierro que tiene la sangre. El óxido de cobre da un tono azulado, mientras el óxido de hierro es rojo).

Su cuerpo es blando y sin caparazón, lo que le confiere gran flexibilidad para cambiar de forma y la posibilidad de adentrarse en oquedades realmente pequeñas.

La piel del pulpo es otra de las características que los hace seres únicos, con tres tipos de células con pigmentos, una que les provoca los cambios de color, y otras dos que les permiten reflejar y refractar la luz, por lo que pueden cambiar de color muy rápidamente. Se presume que gracias a esto han conseguido desarrollar un complejo sistema de comunicación basado en los cambios de color y textura de la piel, que expresan estados de ánimo, jugando un papel importante en el acto de apareamiento de esta especie y también como forma de disuadir a sus depredadores, a los que consigue también despistar gracias a secreciones de tinta.

El pulpo común tiene 3 corazones (dos que llevan la hemolinfa o “sangre” sin oxígeno a las branquias y el tercero que lleva la hemolinfa oxigenada al cuerpo) y nueve cerebros, 8 pequeños conectado a cada uno de los brazos y uno general que los coordina todos, esto lo convierte en el invertebrado con el sistema nervioso más desarrollado que existe. Su inteligencia es comparable a la de algunos mamíferos, presentando memoria y capacidad de aprendizaje.

Fuertecharter | Pulpo común en Fuerteventura
©isaias Cruz

Su cabeza suele medir 25cm, y los brazos 1m, aunque hay ocasiones en que pueden alcanzar una longitud total de hasta 3m. Su dieta es básicamente carnívora, basada en pequeños peces, crustáceos y moluscos, que destruye con su mandíbula en forma de pico endurecido, similar al de los loros. Suelen cazar por las noches y durante el día permanecen escondidos en los huecos de las rocas.

En esta especie se da el canibalismo, sobre todo en la épocas próximas al apareamiento, que suele producirse en primavera y otoño, acto que les hace agruparse momentáneamente, ya que el resto del tiempo son animales solitarios.

Las relaciones entre la talla y el peso muestran una alometría positiva: los machos son más pesados que las hembras a una talla dada. La longevidad en ambos sexos suele ir de los 12 a los 18 meses de vida.

La hembra protege los huevos que pone durante 25 a 65 días. En este período bate constantemente el agua para oxigenarla y permanece sin comer, por lo que muchas de ellas mueren al eclosionar los huevos. Una vez rotos, las pequeñas crías viven de forma planctónica durante unos dos meses, hasta que toman el hábito de vivir en el fondo.

Fuertecharter | Pulpo común en Fuerteventura
©oceanoecimat

Su delicioso sabor ha hecho del pulpo uno de los platos estrella en la gastronomía gallega, que ha extendido al resto de España su forma de cocinarlo (tras su cocción, es servido espolvoreado con pimentón, cortado en rodajas de 1 cm de grosor y con aceite de oliva y sal gorda), y es todo un reclamo para los turistas. Esto ha provocado un exceso de capturas en las últimas décadas, que se ha traducido en una disminución tanto de la cantidad como del tamaño de los ejemplares.

En las aguas cercanas a la costa de Fuerteventura y del islote de Lobos a menudo es habitual encontrar ejemplares de Octopus vulgaris, escondidos en charcos y entre los huecos de los pedregales. En la actividad de snorkel que realizamos en nuestras excursiones al islote de Lobos, se pueden observar en ocasiones, aunque hay que mirar con mucho detenimiento pues este espécimen es un maestro del camuflaje y el despiste, y con una bomba de humo en forma de tinta, puede desaparecer delante de nuestras narices, como si de un truco de magia se tratase.

El Equipo de FuerteCharter